En verano es conveniente hacer algunos cambios en la rutina de belleza. Es especialmente importante cuando se está en destinos de playa o se va a la piscina, pero también en la montaña e, incluso, aunque se esté en la ciudad. Los rayos solares son más fuertes y pueden dañar la piel. No es el único riesgo. El cloro del agua de la piscina y la sal y salitre del mar, junto con la arena, son otros agentes que hacen más necesaria la protección. Con estos consejos, todo será más fácil.
Rutina de belleza para el verano
Aunque es conveniente hacerlo todo el año, en verano, no se puede olvidar usar protección solar, teniendo que aplicarla con frecuencia. Es fundamental proteger la piel de la radiación solar, especialmente, de los rayos ultravioleta, que son los más nocivos. Y, si está nublado, es un error no aplicarla. También hay que protegerse porque la radiación solar traspasa las nubes.
En general, es importante reaplicarla cada dos horas porque el agua, el sudor, la arena y el roce de la ropa reducen su efectividad. Y, a la hora de elegir el protector solar, lo mejor es que tenga filtros UV para proteger de los rayos UVA y de los UVB.
Otra de las claves es aportar una mayor hidratación porque es una época del año en la que la piel se reseca más. Una buena opción es emplear un gel de ducha suave y con propiedades emolientes o enriquecido con aceite de almendra o de jojoba.
En verano, igualmente se recomienda sustituir la crema hidratante por el aftersun, ya que tienen la particularidad de calmar y regenerar la piel, aparte de combatir los efectos de los radicales libres con el fin de de prevenir el envejecimiento.
Otras pautas recomendadas son exfoliar la piel una vez por semana y añadir antioxidantes a la dieta ingiriendo, por ejemplo, brócoli, tomate, cacao o frutos secos, y a través de productos de belleza enriquecidos con ellos.
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