Aplicación del colorete según la forma de la cara


Aunque no suele ser el rasgo al que otorgamos el mayor protagonismo del rostro (siempre eclipsado por los ojos o los labios), los pómulos son también una manera perfecta para destacar o disimular nuestras facciones.

Sin embargo, no basta con elegir el tono de colorete más apropiado para nuestra piel, sino que también hay que conocer las mejores maneras de aplicarlo según la forma de nuestra cara. De este modo, y como ocurre con casi todo, un mismo producto puede sentarnos de una manera distinta según nuestras características y cómo lo utilicemos.

Si el corte de tu cara es redondo deberás intentar modificarlo ligeramente para que se vea más estilizado, por lo que debes aplicar el blush en la parte exterior de las mejillas con una ligera trayectoria ascendente desde el maxilar (a media mejilla) y hacia las sienes. Imagina que estás trazando una forma de triangulo con el colorete entre ambas partes.

Muy al contrario, los rostros rectangulares se ven favorecidos por la aplicación del color de forma circular en el centro de las mejillas y con una ligera inclinación hasta las sienes.

Las caras alargadas también deben modificar un poquito las facciones para hacerlas más dulces y no tan duras. Para ello lo mejor es extender el colorete en horizontal, desde las aletas de la nariz hasta las sienes y siempre por debajo de los ojos.

Si tienes un rostro triangular con una barbilla bastante marcada debes intentar descentrar la atención de esa zona así como suavizar tus rasgos. Utiliza el blush en la zona alta de las mejillas y también ligeramente en la frente.

Para acabar, los rostros en forma de corazón (bastante más ancha en la frente y angular hacia abajo) deben utilizar el blush en la parte más alta de los pómulos y llevarlo suavemente hacia la sienes.

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